viernes, 1 de agosto de 2014

CAPITULO 59




A la mañana siguiente, me arrastré hacia afuera de debajo de Pedro.


Luego de una segunda ronda de tiempo de golpeteo, cuando colapsó en mí,agotado y... Espera un segundo. 
¿Sabes en las novelas de romance, cuando ellos dicen que el chico colapsa sobre la chica, agotado y exhausto? Toma eso, agrega un vuelo transatlántico, y ahí tienes lo que le pasó a Pedro. Literalmente se desplomó sobre mí, saciado y con jet-lag. Apenas tuve tiempo para poner mi alarma antes de que 86 kilogramos de chico caliente colapsaran sobre mí y no me dejaran levantar.


Pero cuando estás semanas sin esos mismos 86 kilogramos en tu cama, la verdad es que se sintió bastante agradable dormir debajo de eso. O al menos, sólo un poco. Lo amaba, pero amaba a mis pulmones también.


Luego de atender a Olaf, rápidamente me bañé. Al momento en que ya estaba vestida, él se encontraba en su puesto en la ventana del frente, asegurándose de que el vecindario seguía ahí afuera. Poniendo mi cabello húmedo en una coleta, me tomé un momento para admirar a Pedrodurmiendo en su pijama de franela. Cabello oscuro desordenado, que mis propias manos desordenaron, caía por su frente. Nariz firme, pómulos asesinos, cuello por el que valdría la pena un par de días de pecado y labios llenos que cantaron mi nombre varias veces justo antes de que... Mmmmm.


Tomé otro momento para apreciar la obra de arte frente a mí: tendido, brazos sobre su cabeza, torso largo y delgado, y nada más que una promesa entre él y esa sábana.


Agité la cabeza para despejarme, luego crucé la habitación y me senté a su lado. En su sueño, murmuró y me buscó. Sonriendo, me dejé a mí misma ser atrapada en un somnoliento abrazo de oso, besándolo en la frente hasta que esos magníficos ojos azules se abrieron para mí.


-Buenos días, cariño. Sonreí mientras me apretaba más fuerte. 

Conocía este juego. No tenía tiempo para él .-No, no, tengo que irme. Las chicas están esperándome.  Desayuno con mis dos mejores amigas, Moni y Sofia, era algo a lo que siempre le hacía tiempo, con o sin Wallbanger.


-¿Chicas?¿Dónde crees que vas? Acabo de regresar se quejó, aún medio dormido.


-Voy a desayunar con las chicas.No se suponía que volverías hasta mañana, ¿recuerdas?


-Pero estoy aquí ahora murmuró,con los ojos luchando por mantenerse abiertos.


-Te quedas aquí y duermes un poco más. Sé que estás muy cansado susurré, besando su frente otra vez y metiéndolo de vuelta bajo las sábanas. Lo que realmente era una vergüenza, porque, vamos, ¿Pedro en una cama? Parecía un pecado cubrir eso.


Pero mientras amoldaba la almohada y se acomodaba de vuelta, se veía muy acogedor. Con un suspiro profundo, dijo: -Me quedaré aquí y dormiré un poco más.


Me tragué una carcajada mientras él se deslizaba de vuelta a la tierra del sueño


Me dirigí a la puerta principal, cabeceando hacia Olaf y poniéndome la chaqueta. -¿Todo luce bien ahí afuera hoy?  


Miró hacia afuera otra vez, luego de vuelta a mí. Pestañeó y estoy bastante segura de que se encogió de hombros.


Sonreí y dejé a mis chicos para desayunar con mis chicas.


***


-Tomaré dos huevos revueltos bien hechos, tostadas de pan integral con mantequilla de maní, una taza de bayas, y un café, por favor.


-Yo quiero la tortilla de clara de huevo con espinaca,tomates y queso feta, sin tostadas, y el batido de fresa, por favor.


-Tendré el plato grande de waffles con jarabe de arándanos y crema batida, por favor, acompañado de tocino, junto con salchichas, y una leche de chocolate. ¿Y puedo tener una porción de arroz con leche también?


Desayunaba con Moni y Sofia desde nuestro primer año en Berkeley.
Las tres nos conocíamos tan bien, tanto así que podíamos decir el humor de cada una basada en nuestras ordenes en el restaurante.


Moni y yo nos miramos con las cejas levantadas mientras Sofia ordenó y luego volvió a hacer una ciudad con los frascos plásticos. Estaba elaborado, con ya bastantes edificios. Me encogí de hombros cuando Moni inclinó la
cabeza hacia Sofia, tratando de hacerme sacar el tema.


-Paren de hablar de mí y pásenme los frascos de la mesa de allá espetó Sofia, levantando la vista de su Ciudad de Frascos. Rodé los ojos pero se los pasé.


-Aquí tienes. Asegúrate de poner un techo en el Ayuntamiento allí.  

Asentí a la reciente adición.

-No, Paula, el Ayuntamiento es ese de allí. Ahora estoy trabajando en la estación de bomberos  resopló.


Las cejas de Moni desaparecieron en la línea de su cabello. -De acuerdo, eso es todo. Estoy planeando una intervención  gimió, tratando de tirar la ciudad fuera de la mesa


-Tocas ese frasco y golpearé tu garganta,advirtió Sofia, con la boca en una severa línea.


-Señoritas, no nos pongamos violentas tan temprano, ¿de acuerdo? Ni siquiera he tenido mi café aún.dije, justo cuando el mesero trajo mi café . De acuerdo, no importa. Peleen, ustedes dos.  Reí, reclinándome en mi asiento


Sofia le sacó la lengua a Moni, que provocó una sonrisita en su pequeña cara. Moni estaba encantadora como siempre esta mañana, vestida con una minifalda a cuadros, calcetas largas y un jersey de cuello alto. Dale unas coletas y una mochila, y se vería como una escolar filipina, un traje que estoy segura que su prometido, German, amaría.


Síp, Moni y German estaban comprometidos. Como una escena de una comedia romántica con un giro, Moni y Sofia conocieron a sus caballeros de brillante armadura la misma noche. Los mejores amigos de mi Pedro, German y
Nicolas, cayeron de cabeza a los pies de mis chicas. Luego de un poco de cambios, claro está. Así que entre Josefina y Benjamín, y ahora Moni y German, la fiebre nupcial golpeó mi pequeño círculo en San Francisco.


Pero parte de mi círculo estaba roto. Destrozado, más bien.


Mientras Sofia y Moni discutían, noté de nuevo cuan cansada lucia Sofia. Ella no dormía bien, tampoco podía culparla.


Cuando nos dijo que Nicolas la engañó, no supimos qué hacer. Nuestro  primer instinto fue quemar su carro, cosa que Pedro sabiamente nos convenció de no hacer. Cargos por incendios provocados son una cosa bastante dura para que te siga toda la vida


Por un breve y loco momento consideramos irrumpir en el estudio durante una de sus transmisiones y decirle a sus espectadores que las noticias de deportes las daba un idiota infiel, pero de nuevo, cabezas más sabias prevalecieron.


Así que Moni y yo simplemente estuvimos junto a nuestra chica mientras ella se derrumbaba.



Todo comenzó cuando recibí una llamada de Sofia muy tarde, después de medianoche. Maldecía sin parar; marineros de todo el mundo habrían estado orgullosos. S lo entendía frases ocasionales como “idiota engañador” y “el descaro de esa mierda” y “sus pelotas están en mis bolsillos.” Para el tiempo en que se vino a mi apartamento y subía las escaleras, las groserías comenzaron a parar y las lágrimas caían con fiereza. Declinó mi oferta de una taza de té, tragó un poco de whiskey, y me dijo qué pasó. En el momento en que llegó Moni, todo estaba sobre la mesa.


Nicolas tuvo una cena con una antigua novia; la cena pasó a tragos de bajativo; luego los bajativos se convirtieron en besos. O un beso, dependiendo de quien contaba la historia. De cualquier modo,eso fue la causa para que ella tirara las llaves del carro por el retrete.


Todos estábamos atónitos. Se veían tan felices; encajaban perfectamente y se combinaban en la mejor de las maneras. Nicolas era el comentarista deportivo local para NBC, guapo, dulce, amable, un chico genial por todos lados. Que era
un infiel, algo que nadie vio venir.


Ella terminó con él de inmediato, furiosa. Se negó a verlo, a tomar sus llamadas, se negó a cualquier intento de tener algún contacto con él a través de Pedro o German. Estaba furiosa, luego muy triste, y ahora...


Bueno, pasaron semanas y estaba sentada en un restaurante con pijama y su fabuloso cabello rojo cayendo en mechones alrededor de su cara hinchada, sin maquillaje y siete kilos extra, y haciendo una ciudad de jarros. Una niña con prodigio musical, era una chelista en la Sinfónica de San Francisco. Una de las más hermosas y exitosas mujeres, ahora estaba haciendo nevar en la Ciudad Frasco. Dios, no, no con caspa, con paquetitos de azúcar.


-Sofia detente, detente... ¡Detente!  grité, tomando su mano y esparciendo nieve de azúcar en todos lados . Es suficiente. No más malas caras, no más esconderse. ¡Esto es ridículo!


-¡Sí! .Intervino Moni.

-En serio, esto se ha alargado demasiado. No quiero ser como Afterschool Special , pero por Dios, mujer, ¡lava tu cabello!


-¡Sí! añadió Moni.


-Eres malditamente candente, y genial, puedes tener a cualquiera. Si el estúpido de Nicolas no llega a tenerte nunca más, a quién le importa, porque eres jodidamente asombrosa,terminé.


-¡Sí, maldita sea!  Fue la contribución de Moni. 


La mesa quedó en silencio. Sofia jugó con el último paquete de azúcar, pasándolo por sus uñas, luego se detuvo para realmente mirarlas. Mordidas, ásperas, sin esmalte. Suspiró, y levantó la mirada hasta nosotras, dos grandes lágrimas rodando por sus mejillas.


-Lo odio.susurró, suspirando temblorosamente . Y lo extraño.


-Lo sabemos, cariño.dijo Moni, tomando la mano de Sofia en la de ella. 

Me incliné y le di a Sofia mi servilleta, que usó para secar sus ojos. Miró a su sudadera, arrugada y manchada.

-Creo que apesto un poco,dijo con una mueca. 

-Lo sabemos, cariño.dijo Moni otra vez, lo que sacó una sonrisa de Sofia por primera vez.


Un poco de color rosa apareció en sus mejillas. Sacó una liga de su bolso y envolvió su cabello en un moño, lejos de su cara. Miró hacia arriba mientras el mesero traía nuestra comida, sus ojos abriéndose cuando se dio cuenta de los montones de comida que encargó. Cuando él se fue, desplegó su servilleta y la puso en su regazo.

-Bien, no me revolcaré más. Lo ordené, así que lo comeré. Pero comenzando esta tarde, no revolcarse más incluye no comer más como un niño de trece años.


-Los niños de esa edad tienen que comer así. Deben mantener su fuerza por las muchas erecciones que tienen al día.dijo Moni de manera casual, separando los arándanos de las frambuesas, luego alineándolas en el lado de su
plato como pequeñas alas de cañón. Sofia y yo la miramos mientras explicaba el gran impacto de las erecciones en la vida social de los chicos de secundaria.
Como le explicó su prometido, que al parecer es un experto.
-¿Realmente German te dijo todo esto?  pregunté mientras bebía mi batido.


-Síp, dijo que a esa edad, ni por su vida podía mantener las manos fuera de sus pantalones.parloteó, ajena a la atención que la mesa de atrás nos prestaba.


-Tú y German de seguro comparten un montón  dijo Sofia, moviendo su cabeza incrédulamente mientras Moni demostraba una particular técnica que el German adolescente empleó.

-Está bien, está bien, ¡no más! protesté, agitando las manos .Es suficiente, no seré capaz de mirarlo a los ojos la próxima vez que lo vea; no más detalles de su masturbación. Cambiemos el tema. ¿Quién tiene noticias?


La sección de cotilleo del desayuno comenzó oficialmente.
-Bueno, yo comienzo. Me enteré de que el Palacio de Bellas Artes está disponible; ¡parece que mi recepción será ahí!  cantó Moni.


-Josefina me pidió dirigir el equipo de la licitación para rediseñar el Hotel Claremont en Sausalito.  

-He pasado las últimas tres semanas en una nube oscura, así que no tengo nada. ¿Pero sabían que mi cabello es lo suficientemente largo que si me inclino hacía atrás puedo sentarme en él?  ofreció Sofia.


Comimos.


-Una clienta me preguntó si me importaría organizar su colección de porno,dijo Moni.


-Quizás ordené una colección de porno a las tres de la mañana hace un par de días  dijo Sofia dentro de su sudadera.


-Pedro llegó a casa temprano anoche y me sorprendió. Así que tuve un poco de acción porno en vivo y directo.


-¿Llegó a casa temprano? Guau, eso es impresionante. Parece que últimamente ha viajado más de lo usual  comentó Moni, comiendo sus bolitas de cañón en orden alternativo. Arándano. Frambuesa.


-Sí, ha estado más ocupado de lo usual. ¿Qué puedo decir? Mi novio es el favorito en el mundo de la fotografía.  Sonreí, ruborizándome pensando en lo atractivo que se veía trabajando.


-¿Cómo ustedes hacen eso?, estar alejados tanto tiempo. Moriría si no veo a German todos los días... ¡simplemente moriría!  exclamó Moni. Arándano. Frambuesa . ¡No sé cómo no lo extrañas como una loca!


-Por supuesto que lo extraño, algunas semanas es muy duro. Pero esto quien es él es, es como siempre ha sido, y lo hacemos funcionar.
¿Honestamente? A veces es un poco genial: tengo mi tiempo, él tiene el suyo, y luego cuando está en casa, es nuestro tiempo.  Robé un poco de la crema batida de Sofia con mi dedo, evadiendo por poco su tenedor .-De todas
formas, me gusta la idea de que no somos una de esas parejas que tiene que dormir juntos cada noche. Admítanlo. ¿No extrañas a veces tener la cama toda para ti?


Moni instantáneamente comenzó a negar con la cabeza, mientras que Sofia evitó el contacto visual.


-Bien, cambio de tema otra vez. Hablemos de la boda. La boda del siglo comencé, luego di marcha atrás tan pronto como vi la mirada de Moni . Al menos hasta que Moni tome ese lugar. Hasta que lo haga, sin embargo, ¡Josefina va por ello! Y esperen hasta que vean el esmoquin de Benjamín. Buen señor, el hombre puede usar colas como si no fuera asunto de nadie.


A la mención de Benjamín todas nos animamos, incluso Sofia. La categoría de hombre mayor sexy fue creada específicamente con él en mente, y todas suspiramos juntas.


-De todos modos, tenemos que comenzar a pensar en citas para ti, joven dama. ¿A quién estás pensando llevar?  pregunté, mirando a Sofia. Se volvió blanca.


-Oh mierda, ¡ni siquiera pensé en eso! Nicolas va, ¿verdad?  preguntó, su expresión puro pánico. Miró hacia abajo a sí misma, luego levanto la mirada a nosotras . ¡Ugh, no puedo dejar que me vea así! ¿Qué va a pensar? ¡Va a creer
que estoy, como, en el suelo en un charco por él!


Moni comenzó a interceder, pero puse la mano en su brazo y negué con la cabeza mientras Sofia continuaba.


-¿Y si él lleva a alguien? Mierda, definitivamente llevará a alguien, ¿no? ¿Verdad? Eso es, ese idiota, ¿cree que puede mostrarme? ¿Qué puede tener algo mejor que yo? Demonios no, no en mi presencia. Estúpido niño grande
comentarista deportivo


La conversación entera fue hecha por Sofia sola mientras tomaba su bolso y caminaba al baño.


Una vez que se fue, tomé el resto de sus waffles y los dividí entre mi plato y el de Moni. Chocamos tenedores y tragamos por unos minutos.


-¿Crees que lleve a alguien?  pregunté. 

-Estoy segura de que sí. He tratado de preguntarle a German sobre eso, pero se cobija bajo el código de chicos, o amigos sobre chicas, o algo ridículo como eso.


-Lo mismo con Pedro.Me pregunto si ellos... me detuve cuando Sofia salió del baño.


La sudadera estaba atada alrededor de su cintura, la reveladora camiseta bien ajustada. Su cabello trenzado, el flequillo hacia atrás revelando una cara limpia y brillante. Brillo labial añadido, también un poco de rubor. La chica se veía fabulosa una vez más; simplemente no podías mantener ese tipo de belleza oculta por mucho tiempo. Pero lo que hacía que todos los hombres y más de un par de mujeres mirara dos veces eran sus doble D. Acentuada más que nunca por el nudo apretado que le hizo a su sudadera, destacando perfectamente cada D a todo su potencial.


-¿Pueden creer que estaba preocupada por ganar un poco de peso? ¡Miren cuan geniales luces mis pechos!  Anunció mientras volvía a la mesa . -Vamos al parque y escojamos unos chicos calientes. Veamos a cuantos puedo detener con estas.dijo, sacando un fajo de billetes de su bolso y tirándolo a la mesa.


No podía hacer nada más que reír mientras ella tiraba a una protestante Moni lejos de su comida. Sofia estaba de vuelta a la casa, y llevó a sus dos ayudantes lejos del restaurante.

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