Una vez que sirvieron la cena, todos se mezclaron de nuevo y la gente estaba realmente feliz de ver a Pedro. De lo que pude deducir de chismes por aquí y por allá, la mayoría de sus compañeros sabían que era fotógrafo, y algunos sabían lo exitoso que era en su campo. Pero escucharlo contar su
historia, decirle a las personas lo que había estado haciendo por los últimos diez años, fue realmente fantástico.
¡Y debieron haber visto su rostro cuando los apóstoles comenzaron a sacar sus carteras para mostrarle fotos de sus hijos! Todos ellos, casados; todos ellos, con niños; todos ellos, asentados en la buena vida. La buena vida que
estaba predestinada para los apóstoles de Villa Dinero, EE.UU. Tuve que morderme el labio para no reírme cuando Lucas sacó que tenía trillizos. Pedro parecía que se iba a desmayar. Solo hice círculos en su espalda con mi mano y
lo envié de nuevo a la batalla cuando otra ola de viejos amigos se dirigió a la mesa.
Nadie dijo ni una palabra sobre su familia, y había estado poniendo atención, lista para lanzarme en picado con mi alternativa de nada de bragas.
Todos solo se encontraban contentos de que finalmente apareciera de nuevo en el radar, y saber que le iba bien, que era feliz.
Después de la cena, caminamos alrededor del salón y vi más fotos de anuarios en la pared, incluyendo Elogios Mayores: Payaso de la Clase, Pareja Más Linda, ese tipo de cosas. Después de lo que había visto esta noche, sabía
que estaría aquí en algún lugar; solo era cuestión de en dónde. ¿Mejor Cabello? ¿Mejor Sonrisa? ¿Más Apuesto? Podía ver las tres, pero resultó que fue el que se encontraba al final: Con Más Posibilidades de Éxito.
- Bueno, mírate. Todo el mundo supo que irías a muchos lugares en ese entonces - bromeé, poniéndolo en frente de la foto y comparando lo que hicieron diez años. En la fotografía, él era alto y guapo, ojos brillantes ymesperanzados, una sonrisa sincera en su cara. Un poco más delgado de lo que era ahora, por supuesto; solo el más mínimo asomo de una línea de expresión aquí o allá.
Miró la imagen y sonrió con pesar. - No puedo creer que pusieran esas fotos. Qué vergonzoso.
- No, es lindo. Me gusta verte en ese entonces.
- Es gracioso ver esto ahora. ¿Sabes por qué conseguí esta?
- ¿A diferencia del Mas Follable? Porque tienes mi voto por ese.
- Porque entraría en los negocios con mi papá - respondió, sus ojos oscureciéndose un poco.
- Lo siento, Pedro - susurré cuando me acercó con la mano que había estado en mi espalda toda la noche.
Se quedó callado por un momento, observando la foto. Respiró profundamente. Me pregunté si debería decirle lo que no estaba usando bajo mi vestido; había un rincón oscuro no muy lejos...
- No, está bien -dijo .- De hecho, ha sido bueno pensar en estas cosas de nuevo. Hace que no parezcan tan lejos.
- Lejos, mi trasero. Lejos está Estambul - dijo la voz de una mujer detrás de nosotros. Nos volteamos y vimos a una pequeña chica con cabello negro azabache muy corto, un arete en la nariz, varias perforaciones en la ceja, y los ojos verdes más penetrantes que había visto en mi vida. El pequeño vestido negro, las medias de red, y las botas militares ponían tus ojos en su cuerpo de inmediato, y cuando pones todo eso junto, la chica era un maldito golpe de gracia. Con un brazo asesino de tinta.
- Estambul, donde tú dejaste mi trasero - terminó.
- Vivi Franklin - suspiró Pedro , sus ojos encendiéndose.
Oh, oh.
- ¿Dejé tu trasero? ¡Y una mierda! Mi trabajo había terminado, sabías que me iría. Solo que estabas demasiado involucrada con ese guía turístico para notarlo.
- Nunca pudiste contener tu licor.
- Contén esto.
- ¡Ja! En tus sueños, Alfonso. - Ella sonrió y se lanzó hacia él, envolviendo sus brazos alrededor de él con el mayor abrazo de oso que jamás había visto. Él le dio la vuelta y de hecho le dio una palmadita en el culo. Yo no llevaba ropa interior, pero todavía podía patear algunos traseros. Aunque para ser justos, parecía difícil.
Bajándola pero manteniendo su brazo cómodamente alrededor de su cintura, se volvió hacia mí.
- Paula, esta es Vivi Franklin. Vivi, esta es mi novia…
-¿Novia? ¿Tú?
- ...Paula Chaves - concluyó, liberándola para acercarme a su lado.
- No jodas, Alfonso tiene novia. Que noche. - Se rio, golpeándolo en el hombro y estirando su mano en mi dirección. La estreché, sin saber qué otra cosa hacer.
- Encantada de conocerte - ofrecí, pero esos dos ya estaban en otra cosa.
- ¿Qué estás haciendo ahora? ¿Trabajando para tu viejo? preguntó él.
- Nah, me fui por mi cuenta. Analista de datos.
Oh, ¿Ella era una analista?
- Guau, bien por ti. ¿Sigues escribiendo?
Oh, ¿Ella era una escritora?
- Sí, acabo de vender una nueva aplicación a uno de los grandes. Graaaan paga, ¿sabes a lo que me refiero?
Oh, ella hizo una aplicación para, espera. ¿Qué demonios hizo ella?
- Ya lo creo - dijo Pedro - Sabes, me encontré con uno de tus hermanos cuando estuve en El Cairo el año pasado. Él estaba allí trabajando en algún nuevo sistema, que parecía ser una gran cosa.
- Oh, ya conoces a mi familia. Siempre están a lo último y lo mejor.
- Sí, tú hermano no estaba en lo último y lo mejor cuando coló algo de porno en mi mochila cuando no estaba mirando. No creerás en los problemas en los que me metí cuando...
- ¿Qué diablos está pasando? ¿A qué te dedicas? ¿A dónde fueron ustedes dos juntos? ¿Y quién diablos estaba poniendo porno en tu mochila? - grité, por tercera vez esta noche. Necesitaba salir más, mis modales estaban fuera de práctica.
- Lo siento, cariño. Vivi y yo fuimos juntos a la secundaria…
- Obviamente - dije, en un tono más tranquilo. Vivi se limitó a ver a Pedro como si él hubiese puesto un lazo a la luna y lo metiera como relleno en su sujetador. El cual ya estaba bastante lleno; para una pequeña persona, tenía un gran bastidor.
-... Pero no la había visto en años, hasta que literalmente me topé con ella dentro de un bar en Instanbul.
- Y pasó la siguiente semana tratando de escabullirse dentro de mi grupo de excursión. Yo estaba en un gran viaje de mochila por Europa, hasta que me encontré con este hombre - intervino Vivi, dándole palmaditas firmemente a su dulce culo. Bueno, eso iba a parar.
- Sí, y la noche que supuestamente "la dejé" ella lo estaba haciendo con el guía del tour, como si el mundo estuviese a punto de acabar. - Él sonrió, arrugándole el pelo como a una hermana pequeña.
Casi hermana puedo manejar eso.
- Y ahora que estás aquí... ¡No puedo creerlo! Apuesto a que sorprenderá la mierda de todos. Nadie pensaba que volverías, después de que tus padres murieran y eso.
Hice una mueca, esperando a que Pedro se tensara y se apagara.
- Pensé que ahora sería un momento tan bueno como cualquier otro, ¿correcto? Ha sido bueno estar de vuelta, ¿sabes? - Luego él le preguntó directamente más acerca de la aplicación que acababa de vender.
Increíble.
Diez minutos más tarde, los tres estábamos en el bar. Con tragos. Ellos continuaron hablando, rápido y furioso, y yo comencé a atar cabos. Vivi y Simon fueron amigos en la escuela secundaria, los padres de ambos eran amigos, bla, bla, bla. El padre de ella era dueño de una compañía de software, y los cinco, si, los conté, cinco de sus hermanos mayores se habían ido al mismo campo.
Tratando de salir del molde, ella se fue por un camino diferente, estudiando artes liberales en general y gastando semestres y veranos en el extranjero. Pero el juego de los números, finalmente la mordió también, y ella terminó en el
negocio familiar.
- Odié las matemáticas en la escuela secundaria. ¡Las odié! Pero soy buena en eso, esas cosas solo tienen sentido para mí me explicó entre tragos .
Con el tiempo me fui por mi cuenta, poco tiempo en un principio, pero luego tuve suerte un par de veces con ciertos programas en el momento oportuno, ¿sabes?
No lo hacía, pero asentí.
Cuando ella y Pedro estuvieron en Estanbul juntos, no se involucraron.
Ella fue muy clara en eso. Siempre fueron solo amigos, amigos que fueron arrojados a un escenario irreal y unidos de forma rápida.
- Pedro es solo ese tipo, ¿sabes? El tipo que únicamente puedo ver una vez cada cinco años, pero si necesito algo, estará allí en un segundo - me dijo, y yo le compré otro trago .- Es un gran tipo.
Pedro se apartó para despedirse de alguien que se estaba yendo.
- Ustedes dos parecen serios. ¿No romperás su corazón, o si? preguntó Vivi.
-¿Qué? - farfullé, tomada por sorpresa.
- ¿Lo harás? - preguntó, sus ojos verdes estrechados en mí.
- ¿Es aquí donde me dices que si rompo su corazón me patearás el culo?
- Mierda, no... Te mataré. - Sonrió. Realmente no quería que me gustara esta chica, pero lo hacía.
- Bueno, no tengo ninguna intención de morir pronto. ¿Suficientemente bueno?
- Lo suficientemente bueno para mí. Hablando en serio, él estuvo mal por un largo tiempo. Tratando de ser todo un playboy, que toda esa mierda de una-chica-en-cada-ciudad, gracias a Dios ha terminado. Parece feliz contigo, así que estoy contenta.
- Me... alegra.
- Él y yo venimos de un ambiente parecido, misma educación. Si sus padres no hubiesen muerto, probablemente nunca habría dejado esta vida. La cual es una gran vida, no me malinterpretes. Pero Pedro siempre me pareció un tipo que necesitaba más. Necesitaba un empujón para hacer lo que él quería, pero después de que sus padres se fueran, él salió y exploró un poco, haciendo
algo más con su vida - reflexionó, pensativa, girando su bebida en su vaso.
- Es un aventurero, no hay duda de eso - concordé .- Tú también debes serlo.
- ¿Yo? Tal vez una vez, pero ahora estoy bastante establecida. Tengo mi negocio; lo está haciendo bien... ¿para qué necesito la aventura?
Miré a esta chica, quien se veía tan diferente a todos los demás en este lugar. Ella casi vibraba con energía; parecía que podía manejar cualquier cosa. Y sus ojos brillaban ante la idea de una aventura. Sin embargo, ¿trabajaba con
computadoras todo el día?
- Sí, te ves como si estuvieras realmente establecida - le contesté, arqueando una ceja.
Giró su mirada hacia mí, desafiándome. - Acabas de conocerme...
¿Cómo en el mundo crees que tienes derecho a hacer una observación como esa?
- Tú tenías las manos en el trasero de mi novio... eso más o menos me da el derecho de llamarlo como lo veo.
- Cásate con esta chica, Pedro - dijo sin apartar los ojos de mí. Él acababa de aparecer detrás de ella, algo que supo sin tener que mirar .- Cásate con esta chica y haz bebés por todo el mundo con ella. Como mañana.
Ella tintineó su vaso con mi copa, bebiéndose todo, besó a Pedro profundamente en la boca, y se paseó entre la muchedumbre de fondos fiduciarios, sus medias de rejilla chocando con su ropa de la manera más deliciosa.
- Oh, la amo - dije, riendo aún más cuando vi la cara de Pedro .
Relájate, Wallbanger. Nadie se casará mañana.
Me estudió por un momento, luego sonrió. - ¿Estás lista para irte?
- ¿En serio? ¿Ya? ¿No te quieres quedar?
- He visto a la gente que quería ver, y ha sido genial. Pero hay algo que he estado pensando toda la noche - dijo, apoyando la mano en la parte baja de mi espalda y llevándome a su espacio de baile.
- ¿Qué es eso?
- No llevas nada debajo de ese vestido, ¿verdad? - murmuró, metiendo su nariz a lo largo de mi mandíbula, haciéndome temblar.
- Atrapada - admití. Su mano se movió al sur de la parte baja de mi espalda, pero no tan baja como para ser indecente.
- Chica perversa - sopló.
- Vamos a decir adiós a los apóstoles - contesté, haciendo que su ceño se frunciera confundido . Me siento como que me voy a follar al rey del baile.
***
Nos despedimos de todo el mundo, felicitando nuevamente a Jorge y Megan. Pedro parecía estar realmente feliz por ellos, y un poco triste por despedirse. En medio de promesas de mantenerse en contacto y de narraciones
de último minuto de la gloria pasada, se rio hasta que malditamente lloró. Los apóstoles se reunieron, le desearon lo mejor y le hicieron jurar que no estaría fuera por tanto tiempo. Él prometió volver.
Finalmente vimos a Tammy Watkins. Y eran realmente enormes.
Pedro y Vivi intercambiaron números de teléfono, entonces ella lo abrazó con fuerza.
Hicimos un paseo corto en coche a nuestro hotel, su mano se enredó con la mía en el camino, con el pulgar haciendo pequeños círculos en el interior de la palma de mi mano.
Cuando sus ojos encontraron los míos, ardieron. No
Cuando sus ojos encontraron los míos, ardieron. No
hablamos mucho, y cuando entramos por el pasillo de nuestra habitación, mantuvo esa mano sólidamente en la parte baja de mi espalda.
Sin embargo, una vez dentro de la habitación, esa mano vagó.
Fui presionada contra la parte interior de la puerta, su boca ardiente y demandante. Mis manos fueron a sus hombros de inmediato, tratando de quitarle el abrigo. - ¿Sabes cómo de dura fue esta noche para mí? - le dije, jadeando. Sus manos se cerraron brevemente alrededor de mi garganta mientras volvía la cara para besarme el cuello. Mmm, posesivo.
Quería ser poseída por este hombre, esta noche y todas las noches .- Ver a todas esas mujeres, todas esas chicas que probablemente tuvieron su primer orgasmo en la escuela secundaria solo de pensar en ti.
Quería ser poseída por este hombre, esta noche y todas las noches .- Ver a todas esas mujeres, todas esas chicas que probablemente tuvieron su primer orgasmo en la escuela secundaria solo de pensar en ti.
Se echó hacia atrás para mirarme, lleno de lujuria loca.
- La mitad de las mujeres allí esta noche querían follarte, Pedro ... pero no lo conseguirán.- Desabroché los botones, tirando cuando mis dedos no lo hicieron lo suficientemente rápido .- Yo sí.
Me tuvo fuera del vestido en cuestión de segundos, mi sujetador estuvo fuera un segundo después. - Déjate las botas - instruyó, deshaciéndose de sus pantalones .- Y ponte sobre la cama.
Me tendí hacia atrás, el edredón fresco deslizándose contra mi piel caliente. Apareció sobre mí, sin camisa, con el pantalón desabrochado, su cabello alborotado por mis manos frenéticas. Me miró, sus ojos deslizándose por encima de mi cuerpo mientras me estremecía únicamente por su apariencia.
- Eres malditamente impresionante - murmuró, quitándose el pantalón y acariciando su longitud a lo largo .- No tienes ni idea, ¿verdad?
- Cristo, Pedro - respiré, viéndolo correr sus manos hacia arriba y abajo por su polla, bombeando con firmeza.
- Abre las piernas para mí - ordenó, y mis rodillas se abrieron como si él hubiese lanzado un hechizo .- Tócate a ti misma, Paula.
Mi corazón explotó fuera de mi pecho, el deseo palpitando a través de mí al pensar que me quería ver. Mis manos flotaron hacia mis pechos, haciendo círculos con los dedos y apenas rozando mis pezones. Ellos se pusieron rígidos al instante, y cerré los ojos. Pude ver la forma en que Pedro miraba cuando me acariciaba, torturándome con la lengua y mordisqueando con esos endemoniados dientes. Me pellizqué los pezones, imaginando su boca, chupando y retorciéndolos con un placer que rayaba en el dolor.
- Más abajo - ordenó, y mi espalda se arqueó fuera de la cama una vez más. Dejé mi mano derecha viajara más al sur, bajando para descubrir que ya estaba empapada por él, gran sorpresa. En la primera pasada con mis dedos, él tomó una respiración alternada. En la segunda pasada rocé mi clítoris, teniendo mi propia respiración entrecortada mientras mis rodillas se cerraban por las sensaciones abrumadoras.
- Ah, mantén las piernas abiertas - dijo, y sentí sus manos en mis rodillas, apenas en el interior de mis muslos . -¿Cómo voy a ver cuando tú misma te hagas venir?
Gimoteé, mi mano ahora explorando mi sexo con desenvoltura. Detrás de los ojos cerrados, sentía los dedos de Pedro arremolinándose a través y sumergiéndose en el interior, haciendo esos círculos perfectos exactamente
donde lo necesitaba, presionando y resbalando y deslizándose.
Me iba a venir, y me iba a venir duro. Se lo dije.
Abrí los ojos para ver a Pedro mirándome, con los ojos entrecerrados y ebrios de lujuria, su puño moviéndose por encima de su propia excitación. Me vine rápidamente, con una mano en mis pechos, mis dedos enterrados en el
fondo, y su nombre cayendo de mis labios. Apenas me recuperaba cuando movió sus manos debajo de mí.
- Date la vuelta... colócate en tus manos y rodillas para mí. - Su voz era ronca y llena, haciéndome estremecer una vez más. Lo hice y me volví para mirarlo. Una mano fuerte salió disparada para agarrar mi hombro, la otra recorrió mi trasero. Se ajustó, empujó dentro de mí en una oleada fuerte, hundiendo su considerable longitud de una vez. Gemí mientras me empujaba más abajo en la cama, antes de que sus manos se posaran en mis caderas.
Se estrelló contra mí, duro y grueso, empalándome con cada movimiento de su cadera. Implacable. Inolvidable. Increíble.
Me tomó con fuerza, sexy y salvaje. Grité cuando me vine a su alrededor, mi tierna carne hinchada y sensible a todos sus movimientos, con cada zambullida. Luces estallaron detrás de mis ojos, mi cuerpo entero atrapado mientras empujaba hacia mí.
- No te puedes imaginar, como se siente - me dijo, en voz baja al oído mientras se inclinaba sobre mí ,- de que te vengas en mi polla.
Exploté una vez más, cuando se dirigía a sí mismo dentro de mí por última vez, sus manos clavándose en mi piel mientras cabalgaba a su orgasmo profundo en mí.
Caímos en la cama en un montón de piel sudorosa y con la respiración pesada. Después que recuperé el uso de mis miembros, me esforcé para rodarnos, empujando la masa de mi cabello fuera de mi cara mientras apoyé la barbilla en su pecho.
- ¿Si consigo un uniforme de porrista, podemos jugar a
darle la bienvenida al Rey de nuevo en algún momento?
- Siempre y cuando te pongas las botas, nena - respondió, besándome a fondo.
No jugamos a darle la bienvenida al Rey de nuevo esa noche, pero jugamos La Vaquera se encuentra con el Presidente del Consejo Estudiantil.