Fragmento del correo electrónico de Josefina a Paula:
Parece que todo va genial en el trabajo, todos halagan tú trabajo. Incluso recibí un correo de Max Camden, que dice que el trabajo está progresando más deprisa de lo anticipado gracias a los tipos que le recomendaste que contratara en lugar de su equipo usual ¡bien hecho, chica!
Oye, ¿cómo está Marisa? No la hagas trabajar demasiado duro. Sé que no lo harás, pero el jefe en mí me obliga a decirlo. ¡Apuesto a que es un regalo del cielo! Y te diría que no trabajes demasiado duro, pero te conozco mejor, ¿verdad?
Las cosas son asombrosas aquí, casi tanto que no quiero decírtelo. Pero lo haré totalmente: estoy enamorada de Francia. En serio, podría vivir aquí. Solo la comida es una razón para tirar mi pasaporte y quedarme. ¿Sabías que puedes cosechar tus propias ostras y comerlas en la playa de Bretaña? Loco. Pero ahora nos marchamos a Italia, parando primero en “Lago Como” para quedarnos en
una villa que posee uno de los socios de Benjamin. No, no es Clooney, pero lo saludaré si lo veo.
Oh, traté de decirte. Asegúrate de encontrarte con el contador esta semana, dijo que va a llamarte para arreglar algo. Necesito que me envíes algunos archivos.
***
Texto de Sofia a Paula:
Bien. Hablé con él. Gran seductor.
¿Gran seductor? ¿Te seducía?
Guau. No seduciendo. Quiero decir como, gran seducción que hablamos,no es gran cosa. Ya sabes, “gran seductor”.
¿Trató de seducirte?
Caroline, demonios, no. Ese no es el punto. Quería hablar, todos me convencieron de que lo dejara hablar, así que habló. Yo escuché.
¿Gritaste?
Un poco.
¿Qué esperabas? ¿Qué vendría, hablaríamos, y mágicamente me olvidaría de todo lo que sucedió?
Claro que no. Así que realmente se terminó.
Es imposible para mí colgarte ya que nos estamos enviando mensajes de texto, pero sabes que te estoy colgando.
Texto de Paula a Moni:
Ellos hablaron.
¡Lo sé! No salió muy bien…
¡Lo sé!
¿Así que ahora qué?
¿Qué quieres decir? ¿Pensaste que ella solo mágicamente perdonaría todo lo que sucedió?
Debes de haber estado enviándote mensajes con Sofia, hablas como ella.
Lo sé! Lo siento…
No te preocupes. Lo que importa ahora es que no creo que esos dos hayan terminado todavía…
Texto de Pedro a Paula:
Te acabo de enviar una foto, ¿la recibiste?
Mmm, ¿debería cerrar la puerta de mi oficina?
No, no, no es de ese tipo, pero me gusta tu manera de pensar. ¿La has recibido ya?
Lo hice, me gustaría estar allí. La playa luce increíble.
¿Cómo están las cosas en Bora Bora?
Increíbles. Pero sería mejor si tú estuvieras aquí. Todavía no puedo creer que rechazaste este viaje…
Lo creerías si vieras mi escritorio en este momento. Estoy literalmente nadando en papeleo.
Estoy literalmente nadando en el océano. O lo hacía, hace unos minutos.
Honestamente, Pedro, algunas veces…
Lo siento, bebé. Solo desearía que estuvieras aquí.
Yo también. Me tengo que ir; mi bandeja de entrada acaba de explotar.
Texto de Pedro a Nicolas:
Así que hablaste con ella.
Amigo…
¿Tan mal?
¡Amigo!
Lo siento, hombre…
Texto de Moni a Paula:
Así que pienso que deberíamos tener una noche de juegos ya sabes,jugar al Pictionary y cosas como esas.
Me encantaría, pero estoy ocupadísima. ¿Cuándo pensabas hacerlo?
¿Tal vez la noche del sábado anterior a Acción de Gracias?
¿Puedes prescindir de un par de horas el fin de semana?
Me sobran un par de horas, sí, eso es todo. ¿Quieren venir a Sausalito? Sería lindo no tener que volver a la ciudad.
Podemos hacer eso. Pensaba que deberíamos invitar a Sofia.
Por supuesto que deberíamos.
Y a Nicolas.
Oh, chico.
Confía en mí.
Hay una pared entera de ventanas en la casa de Josefina, Moni. La última cosa que necesito es alguien arrojando cosas.
Confía en mí.
¿Crees que Barry Derry vende seguros para fiesta?
Texto de Moni a Sofia:
¡Oye, chica! Noche de juegos el próximo sábado, ¿estás adentro?
No.
¿Qué?
No. Ya Entendí tu juego, invitaras a Nicolas, ¿o no?
Sí.
No.
Veremos.
No iré si va él.
Veremos.
Texto de German a Nicolas:
¿Noche de juegos? ¿El próximo sábado?
¡Genial! Te pateé el culo la vez pasada en el Pictionary.
Sofia está invitada.
No está bien, amigo. No iré si va ella.
Cobarde eso es exactamente lo que ella dijo.
¿Dijo que no iría si yo iba?
¿No es eso lo que acabas de decir?
Totalmente voy. ¿Puedo llevar a alguien?
¿Es prudente?
¿Quién dice que es prudente? Voy a llevar a alguien.
Texto de Moni a Sofia:
Así que…
No.
¡Vamos! Nicolas dijo que él no vendría…
¡Bien! Iré.
…Si venías tú.
¿Qué? ¡Qué bebé! ¿No puede manejar la situación si estoy allí?
Bueno, lo está manejando, vendrá. Y va a traer a alguien.
Bueno, yo también voy a llevar a alguien.
Pensé que no venías.
Cállate. ¿A qué hora?
***
Era tarde. Me encontraba de nuevo en la oficina, sola. Era casi medianoche, y la peor parte era que Pedro llegó a casa de Bora Bora esta mañana. En una vida pasada, cuando no era responsable de la firma de diseño de otra persona, me habría tomado un largo descanso para almorzar e ir a casa a verlo, tendría sexo al mediodía y luego volvería al trabajo.
Pero ya no más.
Ahora eran casi las 23:00 horas y ponía el toque final en mi primer informe de nómina, desde que el contador no fue capaz de sacar todas las horas que él necesitaba desde su computador en casa. Que es dónde se encontraba.
Que es dónde la mayoría de la gente se encontraba.
Sentía como si finalmente estuviera completándolo todo en cuanto al trabajo; resulta que puedes lograr que esté hecho todo cuando tu jornada es de doce horas al día. Y fines de semana.
Con Pedro lejos por el trabajo. Podía hacerlo.
Comía, dormía y orinaba Diseños Josefina. Pero lo valía; estaba probando cómo sería hacer funcionar mi propio negocio algún día. Josefina había sido una mentora increíble para mí, aun lo era, y quería hacer bien mi trabajo por ella. ¿Podría haberle pedido un poco más de ayuda? Tal vez, pero quería que ella disfrutara. Así que apenas lograba mantener mi cabeza sobre el agua.
Mi teléfono sonó justo cuando pulsé enviar la nómina. Bostezando,respondí :- Prometo que estoy saliendo.
- Eso dijiste hace una hora.
- Pero ahora de verdad lo estoy haciendo. -¿Escuchas eso? Son mis zapatos caminando por el pasillo. ¿Y eso? Esa soy yo sacando mis llaves para cerrar la puerta.
- No me gusta la idea de que salgas sola tan tarde en la noche.
- Bebé, soy capaz de manejarlo. Además, ¿cómo crees que he llegado a casa la mayoría de las noches?
-Aun no puedo creer que no me dejaras recogerte. ¿Y si hay alguien extraño afuera esta noche y le gusta la forma en la que luces en tus tacones rojos?
- Bueno, entonces ese extraño va a tener su trasero lleno de tacones rojos si intenta algo… Espera, como sabías que llevo tacones rojos? - pregunté,dándome la vuelta.
Estacionado justo a unos centímetros de la puerta principal se hallaba el coche de Pedro.
Si cuando estuvo en África parecía acariciado por el sol, ahora se veía quemado por el sol mientras estuvo en Bora Bora. Lo que hacía que sus ojos fueran incluso más azules, su rostro incluso más atractivo, su cabello negro azabache desordenado incluso más tentador. Me atrapó en un abrazo tan fuerte que me levantó un poco y mis pies quedaron colgando.
- Eres tan hermoso - susurré, besando sus mejillas, su frente y su nariz, y finalmente sus dulces labios. Que ahora sonreían .- ¿Cuánto tiempo has estado aquí afuera? ¿Toda la noche? - pregunté cuando abrió la puerta del coche y vi el montón de vasos de café.
-No toda la noche. - Dio la vuelta hacia su lado, entrando y encendiendo el coche .- Solo desde las nueve y media.
-Oh, Dios mío, ¿por qué no me lo dijiste? Hubiera bajado. Hubiera dejado de trabajar.
- Sabía que necesitabas terminarlo; no importa.- Bostezó.
-Um, sí, es un asunto importante - insistí, luego me incliné sobre el asiento y besé su mejilla de nuevo .- ¿Estás contento de estar en casa?
-No tienes ni idea, voy a dormir durante días. Después conseguiré algo de azúcar - dijo, moviendo una ceja.
-Quizá esta noche, sin azúcar. Tal vez esta noche, solo dormir.
-Estoy cansado, pero no tan cansado - dijo, incluso mientras un bostezo abría su rostro.
-Veremos - cedí .- Deberías dormir, así estarás listo para la Noche de Juegos de mañana.
-Buen punto. Me aseguraré de que acabemos con todos en el Pictionary.
-¿Va todo el mundo?
-Síp, debe ser interesante.
-Si ustedes, chicas, pueden comportarse - se burló.
Condujimos. Él bostezó.
- ¿Qué te parece el nueve? - preguntó de repente
- ¿El nueve?
- De diciembre. ¿La reunión? ¿Aún quieres ir conmigo?
- Sí. ¡Llevaré filetes de queso! - Sonreí, colocando mi mano en su pierna y haciendo pequeños círculos allí.
-Azúcar - bromeó.
- Dormir - insistí, mientras me daba una mirada que decía que era un hombre decidido a conseguir algo de azúcar.
Pero esta mujer lo conocía mejor, y se aseguró de quedarse un poco más de lo normal en el baño. No necesitaba exfoliarme, pero lo hice. No necesitaba poner acondicionador en mi cabello dos veces, pero lo hice. Finalmente cuando salí, mi Wallbanger se encontraba muerto para el mundo y diciéndole a todos sobre ello con sus ronquidos. ¿A su lado? Olaf. Haciendo los más ridículos y pequeños ronquidos de gatito.
Me deslicé debajo de los cobertores y me metí en el hueco de Pedro.
Algunas noches, este era mi azúcar.
***
Tan pronto como me levanté, salí de la ciudad y me dirigí a la casa de Sausalito. Dejé a Pedro dormir hasta tarde, lo que me permitió un poco de tiempo para pasear sola por el hotel. En ocasiones era más fácil comprobar los proyectos cuando no había nadie más ahí. Pude explorar el espacio con mi portátil y mi cámara, tomar fotografías y, en general, tener una idea de cómo iban las cosas.
El hotel sería hermoso. Seguía siendo sólo una cáscara, pero pude ver cómo sería. Y a medida que las cáscaras tomaban forma, algunas veces el diseño dictaba un cambio en los planos originales. Tal vez se sugería a sí misma una nueva paleta de colores, o ciertas líneas no eran tan fuertes en la vida real como lo eran en el papel. No era una predicción, era adaptación. Y extrañaba a mi maestra en la adaptación Josefina tenía el mejor ojo para el detalle que cualquier diseñador con el que jamás trabajé. Y era grandiosa ayudándome a solidificar mi visión, aumentando mi confianza; era mi verificadora de instintos. Mi caja de
resonancia. Así que mientras caminaba por el suelo de tablones, deseé que ella se encontrara ahí. Hacía proyectos por mí misma todo el tiempo, pero ella siempre se encontraba a mano, apoyándome cuando lo necesitaba.
Tuve que apoyarme en mí misma esta vez.
Nunca consideré seriamente tener mi propia empresa de diseño. Por supuesto, cada joven diseñador piensa en eso, algunos incluso sueñan con eso pero esa no era yo. Tanto trabajo, tanto riesgo, tomado exclusivamente. Tu
nombre, tu fracaso.
Literalmente me topé con un sueño cuando Josefina me contrató después de mi pasantía. La seguí como un cachorro durante mis primeras semanas,empapándome de todo, absorbiendo todo. Me senté en su oficina,maravillándome con cómo administraba todo. Siempre se mantenía en calma bajo presión, siempre era el pepino cuando todos los demás eran jalapeños. Era quien yo quería ser cuando fuera grande. Nunca pensé que lo conseguiría.
Josefina no provenía de una familia con dinero; trabajó por cada centavo que tenía. Dejó una exitosa posición de muy alto perfil en una empresa de diseño en la ciudad e invirtió todo en su propia pequeña tienda en el Castro.
Las historias que escuché de algunos de sus clientes más antiguos eran legendarias. Recepción de envíos de azulejos a medianoche, pasear perros de sus clientes más ricos, instalación de dispositivos de iluminación a seis metros en el aire cuando un electricista no llegaba nombra algo, ella lo hizo.
Y a partir de sus propias historias, me enseñó cómo intercambiar,regatear, conseguir los mejores descuentos, cómo disciplinar a un contratista que pensaba que lograría pasar por encima de un líder de proyecto femenino, y cómo tratar con clientes que eran unos completos y totales idiotas. Y había un montón de ellos.
Se hizo un nombre por sí misma, arañando y rasgando su camino hacia un negocio exitoso mientras lucía como si acabara de salir de una pasarela en Milán.
Ella lo hizo todo.
¿Me encontraba yo haciendo eso? Sabía que era una buena diseñadora,pero nunca sería una Josefina. Podía usar sus zapatos por un momento, sin embargo.
Tomé mis fotos, hice mis notas y subí la colina de regreso a la casa. Se hallaba lo suficientemente cerca de la calle principal como para poder caminar hasta la ciudad cuando quisiera. Usualmente me acercaba la mayoría de las noches que estaba ahí, a veces a mirar el hotel, sí, pero algunas veces simplemente para explorar los vecindarios. Los caminos ocultos, puertas de jardín redondeadas, setos altos y malvarrosas del verano pasado… Era algo mágico
Cuando doblé la esquina de la calle, me emocioné por la vista de un Range Rover negro estacionado afuera. Pedro se encontraba despierto y en este lado de la bahía. Con una sonrisa secreta, me apresuré a entrar.
***
Cuando cepillé mi cabello esa noche, me di cuenta de que era la primera vez en casi dos semanas que no lo colocaba un moño, en la parte superior de mi cabeza, sostenido con lápices de colores.Pedro se encontraba trabajando en la mesa del comedor, comprobando todas sus tomas en su portátil. Pasé a su lado al dirigirme a la cocina, y me detuvo una mano en mi trasero.
- ¿Hola?
- Hola - respondió, sus ojos aún en la computadora.
-¿Necesitas algo?
- Siempre - respondió, maniobrando mi trasero hasta que terminé sentada en su regazo.
- No siempre; antes estabas dormido. - Hice un puchero.
- No duermo en este momento.
- Tengo tartas.
- Ya me gusta hacia donde va esto - murmuró, sus manos apretando mi cintura.
- No, no, quiero decir que tengo tartas que necesito meter en el horno.
- Espera. Esas son como pequeños pies, ¿verdad?
- Sí, Pedro, son como pequeños pies.
- ¿De manzana?
- De cereza.
- Ten piedad.
- Sabes lo que me haces cuando vas de Tío Jess (Personaje de la serie Tres por tres,interpretado por Jhon Stamos).conmigo.
Sus ojos se abrieron ampliamente, y algo más se endureció.
-Ciertamente, lo hago.
Me besó con intensidad, lo hacía, y aunque hice todo lo posible por recordarle mis tartitas, él se esforzó para que las olvidara. Y lo hice, hasta que sonó el timbre de la puerta.
- Maldición - murmuró, liberándome.
- Salvada por la campana - canté, levantándome de su regazo.
- Sabes lo que me haces cuando vas de Kelly Kapowski (Personaje de la serie Salvados por la campana, interpretado por Tiffani Amber Thiessen.)
conmigo.
-Ciertamente, lo hago. Y si eres un buen chico esta noche, te daré mi propia porra especial de Bayside más tarde. - Le guiñé un ojo y bailé alejándome del agarre de sus manos . -Ahora ve a hacer algo con eso. le instruí, señalando hacia su entusiasmo.
Se pavoneó al alejarse, y me dirigí a la puerta principal. Pude ver a German a través del cristal, pero no a Moni.
- Oye, ¿dónde está tu chica?- le pregunté, pero luego escuché un huiiiiiii viniendo desde arriba.
- Se ha montado ya dos veces - respondió, haciendo rodar los ojos pero sonriendo hacia su novia mientras bajaba la colina en el pequeño funicular,asomándose por un lado.
- Eso nunca pasará de moda. Me encanta esta cosa- anunció ella cuando llegó a la parte inferior, abriendo la puerta y saliendo. Tenía una cesta llena de golosinas y un puñado de juegos de mesa, con el cual German se apresuró a ayudarle .- Mira, esta cosa es realmente útil.
- Bueno, no es sólo un paseo de carnaval, no. - Me reí, agarrando una bolsa también .- Dios mío, ¿cuántos juegos has traído?
- Pensé que sería mejor hacer planes por cualquiera de los posibles contratiempos de esta noche. Y hablando de eso, traje un montón de alcohol - afirmó, señalando una caja de la tienda de licores.
- Claro, porque ¿qué mejor para la tensión que el alcohol? - Solté un bufido, capturando los ojos de German.
- Traté de decírselo - dijo en voz baja.
- Escuché eso - cantó mientras entraba trotando en la casa.
- Lo hice a propósito - cantó él en respuesta . -¿Qué hay? - asintió hacia Pedro, que se colocó detrás de un sillón de orejas.
Me reí internamente por su técnica para ocultar su entusiasmo. Le guiñé un ojo, sintiendo un rugido de emoción recorriéndome cuando me miró con esos ojos entrecerrados. Maldita sea, ese hombre me tenía.
Guie a Moni hasta la cocina, dejándola establecer el bar mientras,finalmente, conseguí meter las tartas en el horno.
Charlamos mientras preparamos aperitivos para la noche. Como ya no tenía el tiempo que solía, casi me mató preparar las tartas a tiempo. Pero tomando una página del recetario de Barefoot Contessa, me las arreglé para preparar una cantidad respetable. Arreglé varios quesos de una tienda local, incluyendo un Brie blando y un Stilton oloroso, algo de pan francés, y pequeños cuencos con almendra picantes y aceitunas saladas. Rebanadas de salami, capicola, peperoni y mortadela cubrían otra tabla de madera, junto con cuencos con corazones de alcachofa marinados y pimientos rojos asados. Algunos contenedores de humus con ajo y pan de pita completaron los bocadillos.
Terminé justo cuando Moni daba los toques finales a su estación de bebidas.
- Whiskey sours, martinis, y ¡mira! ¡Wallbangers! - exclamó, indicando una botella de Galliano mientras Pedro y German vinieron a unirse a nosotras.
- Perfecto. Paula dijo antes de que ustedes dos llegaran que se moría por un poco más de mí - bromeó, haciéndome sonrojar al mismo tiempo que el temporizador sonaba indicando que mis tartas estaban listas.
- Mézclate tú mismo, Pedro - le dije sobre mi hombro, sacando los triángulos de hojaldre del horno. La mirada que me dio me dijo que de hecho estaría bastante tomada más tarde esta noche. No me verás protestando.
Mientras Pedro me entregaba una copa, oímos el timbre.
- Hora del espectáculo - murmuró Moni, y yo me dirigí a la puerta. Era Sofia, con el hombre más alto que había visto jamás. Pero no sólo alto, era locamente atractivo. Era como un jugador de la NBA.
- ¡Vaya, hola! - dije, mirando hacia arriba y hacia arriba . Soy Paula.
-Hola - me dijo con una voz increíblemente profunda ,- Zach.
Se hizo a un lado para darle la mano a los chicos mientras yo tomaba el abrigo de Sofia.
- Cuando digo que es alto, guapo y delicioso, no estoy exagerando - le susurré, comprobándolo mientras él se alzaba sobre German y Pedro, ninguno de los cuales era de estatura baja.
- Gracias. Juega al baloncesto en Francia; se encuentra en casa para las fiestas. Lo conocí en el gimnasio.
- Maldita sea, necesito cambiarme a tu gimnasio. Tu cociente de chico lindo es considerablemente más alto que el mío - le contesté, y colgué su abrigo.
Escaneó la habitación, respirando un poco más tranquila cuando vio que Nicolas no se encontraba ahí. - ¿Puedo ayudarte en algo?
El timbre sonó de nuevo.
- Como ahora mismo, ¿puedo ayudar en algo? Qué tal si me aseguro de que el bar está bien - dijo, taconeando por el suelo mientras agarraba a Alto Zach y tiraba de él hacia el alcohol.
Pedro se acercó a mí, rodeándome para abrir la puerta al único amigo que aún no llegaba.
- Oye, hombre, ¿qué pasa? - dijo Nicolas, entregando a Pedro una botella de escocés .- Paula, gracias por invitarme.- Agregó, besándome furtivamente en la mejilla antes de que pudiera reaccionar.
- Hola, Nicolas - me las arreglé para decir, tratando de recordar que era amigo de Pedro y que yo hacía un esfuerzo. Realmente tuve que hacer un esfuerzo cuando conseguí echarle una ojeada a su pareja.
No puedo decir con seguridad si ella apareció en Playboy. Pero si no lo hizo, debería hacerlo.
- ¡Hola! Soy Missy - dijo, y le sonreí a Nicolas con dientes apretados. Noté que a Pedro le producía un dolor físico no reírse.
- Hola, Missy - conseguí decir .- Déjame tomar tu abrigo, Missy.
- Guau, ¡mira todas esas ventanas! - Se rio mientras los conducía hacia el interior.
Sabía cuánto costaba instalar una ventana de pared de ese tamaño, y me pregunté cuánto costaría la reparaci n…
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