miércoles, 9 de julio de 2014

CAPITULO 7



—Fantástico, Paula. Simplemente fantástico —deliró Natalie
mientras acompañaba a ella y a su marido hacia la puerta principal.


Habíamos pasado casi dos horas viendo los planes, y mientras tanto,comprometimos algunos puntos clave. Iba a ser un proyecto muy interesante.


—¿Así que crees que eres el diseñador adecuado para nosotros? — preguntó Samuel, sus profundos ojos marrones brillaban cuando él envolvió su brazo alrededor de la cintura de su esposa y jugaba con su cola de caballo.


—Tú dime —me burlé de nuevo, sonriéndole a los dos.


—Creo que nos encantaría trabajar contigo en este proyecto —dijo Natalie cuando nos dimos la mano.


Internamente, choqué los cinco conmigo misma, pero mantuve mi rostro sereno. —Excelente. Voy a estar en contacto muy pronto, y podemos empezar a coordinar un horario —les dije mientras sostenía la puerta para ellos.


Me quedé en la puerta mientras los despedía con la mano, y luego dejé que la puerta se cerrara detrás de mí. Miré a Romina, nuestra recepcionista. Ella arqueó las cejas hacia mí, y levanté las mías enseguida.


—¿Y? —preguntó.


—Oh, sí. Lo conseguí —suspiré, y las dos chillamos.


Josefina bajó las escaleras mientras bailábamos alrededor, y ella se detuvo en seco. —¿Qué diablos pasó aquí? —preguntó ella, sonriendo.


—¡Paula fue contratada por los Nicholsons! —Gritó Romina de nuevo.


—Genial —Josefina me dio un abrazo rápido—. Estoy orgullosa de ti, chica —susurró ella, y yo sonreí. 


Jodidamente sonreí.


Bailé hacia mi oficina, poniéndole algunos movimientos sexys mientras hacía mi camino alrededor de la mesa. Me senté, giré en la silla, y miré hacia el área de estacionamiento.


Bien jugado, Paula. Bien jugado.

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