Fui a una cafetería. Era el único lugar que estaba abierto, y no quería simplemente conducir por ahí toda la noche. Y además, quería tarta.
¿Fue justo culpar a Pedro por lo que pasó con Olaf? Tenía dos teorías sobre ello.
Técnicamente, sí, podía culparlo. No arregló la ventana que específicamente le pedí que arreglara. Si lo hubiera hecho, Olaf no se habría escapado. ¿Y ahora mismo? Se sentía bien culparlo.
La otra teoría, la madura-adulta, decía que de ninguna manera siquiera debía soñar con culpar a Pedro sobre esto. Amaba a Olaf casi tanto como yo, y ya se sentía fatal por lo que pasó. Así que lo correcto sería llamarlo, invitarle
una tarta, disculparme por culparlo, y luego unirnos para encontrar a nuestro chico.
Estaba molesta. Y asustada hasta la muerte de no volver a ver a Olaf de nuevo.
Cuando fue casi cerca del amanecer y no hubo más pastel, decidí volver a casa. Salí al estacionamiento, y ahí se encontraba Pedro, bajando de su Range Rover y dirigiéndose directamente a mí. Resulta que no era la única enojada.
- ¿Qué demonios, Paula? ¡He estado conduciendo durante casi una hora buscándote!
- Vuelve al coche, Pedro. No puedo hablar sobre esto ahora mismo.
- ¿Quieres apostar? - advirtió, deteniéndose en frente de la puerta de mi coche.
- De verdad, no quiero hacer esto ahora.
- De verdad, no me importa - dijo, inclinando su cuerpo mientras intentaba apartarle.
- Déjame entrar.- Pude sentir las lágrimas construyéndose, y si empezaba no sería capaz de parar . -Está empezando a llover. - Maldita sea, Olaf se hallaba fuera con esta lluvia.
- Entonces nos quedaremos aquí bajo la lluvia hasta que me digas qué diablos está pasando - dijo, cruzándose de brazos y plantando los pies.
Entonces el cielo realmente se abrió, y grandes gotas húmedas comenzaron a salpicar por todas partes. Sí, esas eran gotas de lluvia sobre mis mejillas.
- Vamos, Pedro, déjame entrar - protesté, intentado empujarlo de nuevo.
- Es divertido. Iba a decir la misma cosa - dijo, mirándome.
Y eso lo hizo. La presa se rompió.
- Es demasiado, ¿de acuerdo? ¡Todo es demasiado! ¡Jodidamente! ¡Demasiado! - Todo salía; me encontraba completamente enseñando el pepinillo .
- ¿Qué es demasiado? - preguntó, confundido . -¿Y qué demonios tiene que ver un pepinillo con esto?
Estaba oficialmente volviéndome loca. - ¡Ahhhh! - grité, pataleando y golpeando mi mano con la otra . -Pedro, no puedo hacerlo todo. Literalmente no puedo hacerlo.
- ¿Quién dijo que tuvieras que hacerlo? ¿Y qué exactamente es todo?
- ¡No estoy jodidamente preparada para ser un completo adulto!¿Quieres una habitación para niños? Cristo, ¡yo solo quiero tumbarme en una playa de Brasil! ¿Quieres dejar de ser fotógrafo? ¡A mí me han ofrecido una asociación, y no puedo rechazarla! Porque eso sería absurdo. - Di vueltas,
disparando cada pepinillo de mi arsenal . -Te fuiste a una reunión y de fiesta con los apóstoles, y de repente, ¡poof! Renuncias a tu trabajo. Y compramos esta increíble casa. Y ahora tú y Ruth están haciendo planes. ¡Y el maldito James Brown me llamó decoradora! ¡De nuevo! Y el nombre de su mujer es Krissy, y tiene un bollo en el horno y apuesto que su jodido cuarto para niños es precioso, así que le conté que me follaste en la encimera y…
- Para. Solo para. - Pedro agarró mis manos entre las suyas y las sujetó a mis costados.
- ¿Cómo demonios puedo siquiera ser suficiente? ¿Cómo puedo ser la esposa y la madre que tu madre era? ¿Cómo puedo hacer una casa para ti tan maravillosa como en la que creciste? ¿Cómo puedo ser la diseñadora del siglo y
seguir teniendo tiempo para hacer pasteles? - Balbuceé, dejando escapar el terror que reprimí durante meses .- Y mi gato se ha ido, y lo quiero de vuelta - sollocé.
- Lo sé, nena - dijo Pedro, aplastándome contra su pecho mientras lo sacaba todo llorando bajo la lluvia .- Lo sé.
***
Cinco minutos más tarde nos sentábamos en una cabina, uno frente al otro. Cada uno tenía un café, y yo tenía un fajo de servilletas de papel mocosas delante de mí. Pedro tenía un rostro lleno de preguntas, pero seguía aquí. Así que eso era bueno.
- Vale, así que… vaya. - Se pasó las manos por el pelo . Suena como que tienes un montón de cosas en las que has estado pensando durante un tiempo.
- Síp - suspiré, removiendo el café.
- Tengo algunas opiniones ahora, ¿si me permites? - preguntó.
- Síp - dije, preparándome para lo peor.
- Me doy cuenta de que puedo no haber tenido muchas relaciones tradicionales, ¿pero es normal lo que ha ocurrido ahí fuera?
Alcé la vista de mi estudio de uñas con sorpresa, para ver la más pequeña pista de sonrisa en su cara.
- Paula, amo toda tu locura. Así que cálmate y dime lo que necesitas.
No lo retengas. Y entonces te diré lo que necesito, y encontraremos la manera de resolverlo. - Bajó la vista, la duda ahora borrando su pequeña sonrisa .- Al menos, espero que podamos solucionarlo. Si tú quieres.
- Quiero - dije en voz baja.
- Entonces hablemos de ello - respondió.
Y eso hicimos.
Dejé que cada pepinillo volara, pero sin los gritos. Es mucho más fácil hablar cuando no hay gritos.
Es también más fácil cuando estás siendo brutalmente honesta. Y también él lo fue, lo que aprecié.
- No puedo creer que pensaras que renunciaba a mi trabajo. Nunca podría dejar de hacer lo que hago - dijo.
- Pero cancelaste todos esos viajes.
- Sí. Pero siempre regresaría a la carretera.
- Pero después de la reunion, tú…
- Necesitas entender algo. Volver al este me aclaró algunas cosas, en un buen sentido. Quiero un hogar de nuevo, y quiero una familia algún día. Eso no va a cambiar. Y para que conste, nunca tendría una conversación con Ruth
sobre algo así sin hablar primero de ello contigo - dijo, tomando mi mano .
Hay un montón de cosas que probablemente deberíamos haber discutido antes de saltar en la cosa de la casa. Simplemente me emocioné, supongo. Es algo que he extrañado durante mucho tiempo.
- También me emocioné. Y adoro la casa, no me malinterpretes. Es solo que hay todas estas expectativas que vienen con un paso así, y supongo que me abrumé. Sabía lo mucho que esto significaba para ti, cuán grande era el asunto.
Simplemente no sabía si podía cumplir con lo que tú querías.
. Me alejé de mi pasado durante años porque era demasiado difícil tratar con ello. Ahora estoy dejando que algunas de las cosas buenas regresen.
Pero lo realmente bueno es todo contigo, nena. El resto es solo un montón de ladrillos. ¿Quieres deshacerte de la casa? Hecho. ¿Quieres vivir en una cabaña en la playa de Balí? Hecho.
- Creo que dije tumbarme en una playa en Brasil.
- Hecho - susurró, sus ojos bailando.
Lo miré, mi novio ideal.
- Me encanta esa casa. No vamos a deshacernos de ella - dije, y me incliné . Y quiero un cuarto para niños; pero no ahora. ¿Eso está bien? - pregunté, de repente muy, muy seria. Jesús, esto era una cosa grande.
- Está más que bien. ¿Quién dijo algo sobre ahora, de todos modos?
Cuando empecé a responder, me apretó la mano y susurró : -Por favor, no arrastres a la pobre Ruth en esto.
- Le debo una disculpa.
- Probablemente.
- Y te debo una disculpa.
- ¿Por qué?
- Por no confiar en ti lo suficiente como para contarte qué ocurría.Debería haberlo hecho. Simplemente no quería arruinar las cosas. -¿Quién podría quejarse cuando todo parece tan perfecto?
- Mejor quejarse que tener una pelea en un estacionamiento mientras llueve, ¿no crees?
Me tenía allí.
- Te debo una disculpa - dijo, arrugando la frente .- Tenías razón,debería haber arreglado la ventana.
- Pedro, no. Estaba cabreada y nunca debería haber dicho…
- No, es mi culpa. Pero voy a encontrarlo, lo prometo. - Asentí, mis ojos llenos de nuevo . -Ven aquí.
Fui a su lado de la cabina y dejé que me tirara a su regazo. Me abrazó fuerte, y lo besé. Y luego nos fuimos para buscar a nuestro gato.
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